01 septiembre 2005

Moho en París

Algo se quema en la ciudad de la luz. París llora con el rostro empolvado en ceniza. No quiere mirarse al espejo, huye de su lado oscuro. Ella, la elegante y noble, no quiere ver más allá de sus puentes, del Sena, de su Montmartre y la torre Eiffel. No quiere desvelar que también hay un París sucio, de callejuelas estrechas y malolientes, con paredes cubiertas de humedad. La realidad es, a menudo, grotesca, con todo el encanto y la crueldad que ello esconde. Pero París juega a ser mentira, a creerse de cuento, a ignorar que hay fantasmas de los que nadie se puede zafar. Se niega a admitir el paso del tiempo y olvida que la madera de sus edificios se pudre al tiempo que el Pont d'Alma se cubre de flores por Lady Di.

4 comentarios:

Munchausen dijo...

¿Arde París?

mc clellan dijo...

Y se ahoga.

Munchausen dijo...

Mítica la estatua de Diana y Dodi. Al-Fayed es un hombre con gusto.

Munchausen dijo...

Y el piloto pirado que hace piruetas sobre su pueblo.

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