19 noviembre 2005

Monstruos

Es curioso cómo nos aferramos a los sentimientos. Sean los que sean. Cómo los hacemos un hueco cada noche en la almohada y lo raros que nos sentimos cuando una noche no duermen en casa. Lo que nos angustia, o nos asusta, o, incluso, puede que nos guste es precisamente la certeza de que ya no volverán. De que la madrugada pasada fue la última. Que no habrá más desvelos, ni más cafés de las seis.

Es como nuestros monstruos, como los miedos infantiles. Nos cuesta entenderlos porque no prestamos atención. Porque no queremos pensarlos. Porque si lo hiciéramos los razonaríamos y hasta los racionalizariamos. Y si los pasamos por ese cedazo ya todo está perdido. Habríamos caído en nuestra propia trampa. Se dice que uno crece y madura cuando deja de tenerle miedo a la oscuridad y a los bajos de la cama.

Entonces, se dice que hemos sentado la cabeza y todo ha de ser pensado y planeado. Todo tiene que seguir un orden. Y decimos que es natural. Pero es mentira. Porque lo natural es el miedo y lo racional entrar en el cuarto sin prender la luz.

6 comentarios:

Munchausen dijo...

Los monstruos que viven debajo de la cama.

mc clellan dijo...

¿Quién dijo miedo? Últimamente los monstruos son cada vez más de carne y hueso. Sobre todo, de lo último...

Anónimo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
Anónimo dijo...

Prender la luz??? Todavía estamos en las cavernas?? Desde luego.... jejeje.
Por lo demás todo muy interesante, para que luego digas que no hago comentarios.

mc clellan dijo...

Gracias... Ya sabes que tu punto de vista siempre es interesante, por "simple", claro. Musu handi bat

mc clellan dijo...

Ni que fueras txema...

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