12 enero 2006

Ese no sé qué

Hay sonrisas irresistibles. Y nada tienen que ver con la belleza. Hay sonrisas que tienen algo, ese no sé qué que engancha. La tuya era así: una sonrisa amplia, generosa. Daba calma y ganas de sonreir. Era un paraguas contra la lluvia de enero, contra el frío al salir de trabajar. Era mi manta polar y el edredón hasta las orejas. También era un colchón contra el mundo y un bálsamo para los labios. Tu sonrisa me duraba hasta que me dormía. Se posaba en mis párpados, sencilla, cuadrada, tejía el sueño en silencio y me arropaba. Se había apoderado de mí y a la mañana siguiente me despertaba para sacarme de la cama. Se iba a la ducha conmigo, abría el grifo y, luego, me preparaba el desayuno. No le hacía falta azúcar al café. Con tu sonrisa, bastaba.

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Ojalá el mundo fuera tan tierno como tus textos...

mc clellan dijo...

Gracias, bicho.

Gonzalo dijo...

Si hubiera más tiernos en el mundo todo funcionaría peor, pero sería más agradable. ¿Sandra...? ¡Sandra! Están bien estos pañuelos virtuales: tienen un montón de esquinas.

Anónimo dijo...

Hola majos. Pasaba por aquí y se me ocurrió dejar un beso (o un abrazo, claro).

Anónimo dijo...

Los besos son la seña de identidad de una persona. No hay punto medio: o te encantan o te horrorizan. Pero el caso, es que siempre dejan mella.
Muchos besos

mc clellan dijo...

Holas... Cómo se agradecen algunos besos, majos. Aunque sean virtuales. Mmmmuuuuaaakkkkssss

Anónimo dijo...

A mí me encantan. Ni que decir cabe... El caso es que me beso continuamente, jejeje. Me quiero a morir, claro. Y luego decíamos que los 'narcisos' eran otros. Aunque, pensándolo bien, un buen abrazo en el momento preciso también vale lo suyo.
De esto tengo para todos. Dejo aquí un saco de ellos y ya los repartiréis como mejor os venga. Hoy estoy espléndido, jeje.

Anónimo dijo...

Luis, tú eres espléndido, aunque a distancia. Besos y abrazos a todos los seguidores de la pequeña Mc Clellan!

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