22 noviembre 2006

Amor de tarde

Porque son las siete...

Es una lástima que no estés conmigo
cuando miro el reloj y son las cuatro
y acabo la planilla y pienso diez minutos
y estiro las piernas como todas las tardes
y hago así con los hombros para aflojar la espalda
y me doblo los dedos y les saco mentiras.

Es una lástima que no estés conmigo
cuando miro el reloj y son las cinco
y soy una manija que calcula intereses
o dos manos que saltan sobre cuarenta teclas
o un oído que escucha como ladra el teléfono
o un tipo que hace números y les saca verdades.

Es una lástima que no estés conmigo
cuando miro el reloj y son las seis.
Podrías acercarte de sorpresa
y decirme "¿Qué tal?" y quedaríamos
yo con la mancha roja de tus labios
tú con el tizne azul de mi carbónico.

(Mario Benedetti)

2 comentarios:

Gonzalo dijo...

'Amor, de tarde'. Ese y la 'Elegía extra' son los mejores de aquel libro. Qué majo y qué bajito (es y habla) Benedetti. Casi le convencimos para que presentara una revistilla que nos estábamos inventado. Tenía una conferencia en Santander y como, compensación porque no tenía tiempo, "aunque soy más de mate, ¿sabés?", se tomó un café con nosotros. Y qué bien recita...

mc clellan dijo...

De mate, claro, como buen uruguayo. ¡Qué envidia me das! ¿Sabes que es el personaje de todos los tiempos al que me quedaría horas y horas y horas escuchando?

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