23 septiembre 2008

Stand by

Estoy en stand by. Acabo de llegar de vacaciones y me da pereza todo. Lo normal, vaya. He de confesar que en esos casi quince días en los que me he hecho 3.000 kilómetros (no andando, claro, sino en moto) he descubierto varias cosas que iré desgranando poco a poco, como los guisantes cuando era cría. Aunque, de momento, ahí va la primera conclusión: se puede vivir sin ipod, al menos, durante un tiempo.

Algunos pensarán que soy un poquito exagerada... Pero es que nunca nos habíamos separado desde que me lo compré. Bueno, anteriormente al ipod tenía un walkman. Varios, mejor dicho, porque el primero, un Philips, murió tras diez años de convivencia porque cayó un piso abajo en la universidad... No pregunten, aún me pregunto cómo fue posible y, sobre todo, cómo fue capaz de seguir funcionando la radio tras el incidente suicida.

Así las cosas, pensé que me iba a resultar más estresante vivir sin él estas dos semanas, pero, aunque lo he echado de menos, no me ha dado por comerme las uñas... de los pies. En serio, ahora sé que puedo vivir sin mi cacharrillo verde manzana... pero también que no me da la gana. Escuchar, gracias al modo aleatorio, una canción que hacía mucho que no encontrabas en la biblioteca musical no tiene precio. Como la que me ha puesto ahora: 'De amor y de casualidad', de Jorge Drexler (que si goear funcionara pondría).

En fin, mañana más y mejor, cuando me ponga manos a la obra y ordene todo el material que tengo en la cabeza, en las cámaras de fotos, en la cartera, en mi cuaderno... Mi pequeño caos post vacacional. De momento, como podéis apreciar, acabo de inaugurar una nueva etiqueta que me viene al pelo y con horquillas.
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