03 noviembre 2008

Parece que llueve... y no hablo desde el ascensor

Llueve. Como suele suceder en este mes que despunta. Y mi cofre de madera duerme en el altillo. En la radio suena El Larguero y yo pienso en por qué me dedico a lo que me dedico. Quizá sea porque se acercan los balances anuales y toca ir pensando en el propio. No lo de dedicarme a lo que me dedico, sino lo de por qué lo pienso, claro.

Me gusta tejer. Con las palabras más que con la lana. Pero ambas cosas están en vías de extinción. Estoy en el camino, como Ulises, pero veo el puerto lejos, muy lejos... Y a Penélope deshacer en la noche lo hecho durante el día. Sin embargo, siempre tengo una mano a la que asirme cuando el mar se agita.

Pasa el tiempo y hay pájaros que se resisten a abandonar mi cabeza. Por fortuna. Me resisto a rendirme. A sentarme y ver las cosas pasar. Salgo a buscarlas con poca suerte, pero mucha fe. Y eso me salva. Se convierte en el paraguas necesario para aguantar esta lluvia que, como dijo Blas de Otero, cae "insistentemente. y, debes decirlo, delicadamente".



PARECE QUE LLUEVE
Ahora sí que está lloviendo en Bilbao,
es el siete de agosto y llueve como en mi infancia
delicadamente
e insistentemente, llueve llenando el aire de ees de
leves letras débiles, indecisas
como aquella mañana de tus trece años en Barambio
cuando no te atreviste a decirte a Charito que la
querías, pero llueve
y aquello y tantas vicisitudes más que fueron descen-
diendo sobre tu vida como una mansa lluvia, ya no
tienen remedio,
ni dios lo remedia igual que aquella mañana en que no
te decidiste del todo en Herrera de Pisuerga junto
a sus senos tan frescos, llueve
veladamente, admirablemente, un poco transversalmente,
ah este Bilbao puñetero que si no fuese porque llueve
nos ahogaríamos todos de aburrimiento,
humo y beatería, pero llueve contra las torres de la
quinta parroquia, y qué le vamos a hacer si llueve
insistentemente
y, debes decirlo, delicadamente.

4 comentarios:

Melpómene dijo...

Sí, insistentemente y casi siempre, y a menudo nos lleva para atrás, a la melancolía a veces y a la nostalgia otras. Pero mientras haya pájaros, fe -así, en abstracto- y además una mano, las cosas irán bien. Un saludo.

Crapúscula dijo...

Cuando uno deja de preguntarse esas cosas, es que se ha muerto.

chopitosmum dijo...

No me gustan los pájaros... pero no quiero que abandonen mi cabeza nunca.
Y espero que la tuya tampoco.
Gracias.
Besotes.

alakazaam! dijo...

Eso de "mi cofre de madera duerme en el altillo" ¿es algún tipo de metáfora de "mi parrús hiberna en la montaña"?

Urge saberlo.Por favor, hazme llegar una respuesta pronto.

Un placer volver por aquí X P

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