25 octubre 2009

El ángel de Spies

Ben Spies ya puede respirar tranquilo. A estas horas, el piloto texano de Yamaha en Superbikes es oficialmente el campeón del mundo. Su última carrera, en Portimao, no ha sido todo lo brillante que a algunos nos gustaría, pero es lo que hay. 'Elbows', en el fondo, es un chaval de 26 años al que también le tiemblan las piernas (y las manos) de vez en cuando.

Seguramente ahora esté celebrándolo con los suyos: con su equipo, con su madre y con su padrino, Kevin Schwantz. Y seguramente también, se estará acordando de aquellos días aciagos donde solo éste último creía que llegaría tan alto como lo ha hecho. Porque sí, Spies también lo ha pasado mal. Muy mal me atrevería a decir.

Escuchando la retransmisión de Eurosport me he enterado de una de esas historias que ponen el vello de punta. Ben Spies empezó a correr con cinco años, pero cuando era sólo un adolescente tuvo un gravísimo accidente con la moto. Salió de él con lesiones de consideración, entre ellas, importantes quemaduras por rozamiento. La recuperación no fue fácil. En medio de ese calvario el chaval y su madre decidieron, de manera tácita, que aquello se tenía que acabar.

Sin embargo, hay gente que tiene un ángel de la guarda detrás, y el de Spies se llama Kevin Schwantz. El mítico piloto siguió en la sombra la recuperación de su pupilo y cuando vio que no le quedarían secuelas físicas inició su particular batalla: convencer al chaval de que se subiera a la moto, y a su madre de que lo dejara. No sé si le costó o no, pero me imagino que la tarea no fue fácil.

Hoy, esa madre y Schwantz se han abrazado nada más ver cómo Spies llegaba a meta. con el título en el bosillo. La temporada que viene quizá lo vuelvan a hacer, pero esta vez, en Moto GP. Bienvenido, Elbows. No podía ser de otro modo.

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