05 junio 2011

Rumbo a Noruega V

Estoy a 62.39º Norte, 17.31 Este. Esto es, en Sundsvall, una ciudad costera del centro de Suecia. Desde la ventana del hotel veo en este momento su puerto natural y las luces de la calle que poco a poco se van encendiendo, pese a que aún no es de noche. Y tardará en serlo, por la latitud y la época del año. Se trata de un sitio curioso: industrial y de piedra. Lo primero no requiere explicación. Lo segundo sí: es la primera ciudad enteramente de piedra de toda Suecia. En 1888 fue devastada por un incendio y su recontrucción se hizo siguiendo la moda de la época. Por eso su centro histórico es relativamente moderno y recuerda más a Viena que a cualquier localidad sueca. Aquí lo normal es contruir en madera.

Sundsvall
Sundsvall, centro histórico

Hoy ha sido un día tranquilo. Habremos hecho unos 500 kilómetros, pero no hemos acabado tan cansados como ayer. Supongo que la temperatura ha influido en ello. Nos despertamos a menos de 15 grados y no hemos subido de esa cifra en todo el día. Ha habido momentos en que hemos estado incluso a diez. El tiempo sigue siendo muy bueno, pero hoy sí he pasado un poco de frío. A lo mejor es lo normal... o simplemente una corriente de aire. Mañana se prevé una temperatura algo más alta, pero apenas dos grados, y menos amplitud térmica... Pese a que subiremos más al norte.

La palabra de día ha sido lago. Suecia tiene muchos y variados... Algunos de tamaño reseñable; otros casi privados. Pero los cuidan mucho: habremos pasado por cuatro o cinco reservas de agua protegidas. Y hemos comido en un parque fluvial donde los suecos practican uno de sus deportes favoritos: la pesca. El sitio era estupendo, el tiempo, agradable si hacía sol y no pegaba el viento helador. Y el menú... muy sueco: panes suecos, embutido sueco y fanta sueca con sabor a frutas tropicales. Como reyes... suecos nos hemos quedado.

Picnic con vistas
Picnic con vistas

También hemos visto el mar antes de llegar al hotel. En un pequeño pueblecito pintoresco llamado Langvind donde apenas vivirán veinte familias. Realmente parecía estar alejado de la civilización, era un lugar propio para el retiro espiritual... aunque seguramente de esos abundan en este gran país (en sentido literal). Pero incluso ahí no faltaban las banderas suecas, símbolo de fiesta y alegría. Al parecer, mañana es día nacional y eso es un orgullo para todos los oriundos de este lugar. 

Embarcadero de Langvid

Por la noche hemos descubierto que lo que dicen en las guias de viajes se cumple. Aqui es muy normal tomar café (más suave que en España, eso sí). De hecho, muchos suecos llevan en sus coches un lugar para poner la taza mientras conducen y he podido ver que lo usan de veras. Así que después de cenar, la camarera nos ofreció la posibilidad de tomar uno. La respuesta fue rápido: Yes, please!! Pues no fue uno, fueron dos, porque la tradición es que el primer café que te tomas en un sitio es a precio habitual, pero después o bien son gratis, o a un precio testimonial. Estoy por hermanarme con este país pero ya...

Nota mental: Ya no, de La bien querida

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