07 junio 2011

Rumbo a Noruega VII

Escribo desde el hotel de una estación de esquí y después de haber disfrutado de mi primera sauna nacional... porque estoy en el lugar donde se creó esta práctica: Finlandia. He cambiado de país y también de hora. Aquí es una hora más que en España. Y pese a dormir bien entrado el Círculo Polar Ártico -en Saariselka, a los pies del parque natural Urho Kekkonen- hace calor. Nadie diría que aquí se pasan nevados ocho meses al año o más.

Aquí tienen 190.000 lagos, según Wikipedia. Y me lo creo fácilmente ya que desde la frontera hasta donde me encuentro habré visto decenas. Y no eran más de 300 kilómetros de carretera. La luz es espectacular. Es casi medianoche y aqui parecen las siete de la tarde. No veo el sol porque se ha nublado (mañana creo que nos vamos a mojar... iba tocando), pero durante unas semanas no va a ponerse por estas latitudes. Y eso que todavía falta para la noche más corta del año.

Puede decirse que ha sido una jornada de transición. 500 kilómetros más o menos. Aunque eso no significa que no hayamos visto lugares alucinantes, la mayoría despoblados. Ayudaba mucho la luz de la tarde, que le daba al paisaje un volumen increíble. Desde la moto he hecho muchas fotos. Desde tierra, apenas. La transición también consistía en no parar nada más que lo justo y necesario: tomar un café, consultar el mapa -y comprar uno nuevo de Finlandia-, despertarse con Pepsi (aquí la prefieren a la Coca Cola, qué le vamos a hacer), y comer. 

Hoy el picnic lo hemos hecho en un lugar donde siempre es navidad: la casa de Santa Claus. Pero no lo recomiendo, la verdad. Es una especie de parque temático que en verano y a 27 grados pierde un poco... Pese a ello, había un montón de turistas. Nosotros queríamos hacernos la típica foto con la línea que marca la entrada al Círculo Polar Ártico... pero en verdad se entra mucho antes, justo a las puertas de Rovaniemi. Aunque ya se sabe: la Navidad es mágica y Nordkapp está muy cerquita.


La bici de Michel Fontaine
La bici de Michel Fontaine
Esto último se nota en los ciclistas. Sí, siempre hay alguien más friki (y dicho desde el respeto y el cariño más profundo) que tú. Hoy conocimos en una gasolinera a Michel Fontaine, un francés de la Bretaña que tenía intención de llegar a Cabo Norte y las islas Lofoten en bici (con remolque y todo). En su blog lo cuenta todo. Sin duda, admirable. Yo lo seguiré con atención porque me temo que a él le quedan aún algún día más que a mí para estar al norte del norte. Mañana más... Y mejor.

Nota mental: Be OK, en acústico, de Ingrid Michaelson (y no, esto no lo patrocina Movistar)

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