28 octubre 2011

Crisis... What crisis?

La crisis se dibuja en las aceras, en las cunetas de las carreteras, en las persianas de los comercios, en las baldas del supermercado. Voy al metro y miro al suelo. Hace un par de años no había rastro de hojas ni colillas. Tenías que andar con cuidado de no ser atropellada por una máquina limpiadora. Hoy no se salva ni la calle mayor. Algunas papeleras están llenas, otras rodeadas de colillas que ya no caben. El otoño ha llegado y esta vez sí lo noto porque se acumulan las hojas que el viento trae desde la mañana.

Tu rostro también está en crisis. Ya no llevas tu pintalabios de Chanel. Lo has cambiado por otro, recién llegado de ebay y que cuesta diez veces menos. Las pestañas ya no son obra de Yves Saint Laurent. Te conformas con Maybelline. Aunque sigas yendo a El Corte Inglés a disfrutar de su despliegue cosmético. Con un poco de suerte, estas navidades sí te compras tu perfume... Aunque acabas de encontrar otro en el súper que huele casi casi igual y te encanta.

¿Sabes que han cerrado esa tienda de muebles que estaba camino de la panadería? Hace unos días habían colgado el cartel de Se traspasa y pintado los cristales de blanco. Nadie redecora el salón en estos tiempos, pese a acumular revistas como El Mueble en una estantería. Se limitan a cambiar aquello que el tiempo ha desgastado por la gama media del Ikea. Los suecos sí que deben estar haciéndose de oro. Aunque, ahora que lo pienso, quién va a ir a comprar los muebles de su piso de alquiler, si ya no lo puede pagar.


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