Se sentó. Le dolían las piernas y le temblaban las manos. ¿Era el síndrome de abstinencia? Sentía la ansiedad devorándole las tripas. Y hacía calor aunque no lo sintiera. Los bancos del parque estaban llenos de jubilados y madres recientes en busca de algún tibio rayo de sol. La incipiente primavera extendía su manta ya a principios de marzo. Sin embargo, en sus huesos había anidado el invierno hacía dos años y no quería irse.
Espejos, originalmente cargada por farandwell.
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