23 octubre 2011

Tener esperanza no es lo mismo que ser crédulo

El jueves fue un día para la historia. Al filo de las siete de la tarde, ETA hacía público un comunicado en el que anunciaba el fin de la lucha armada. Lo hacía con su tradicional puesta en escena y su lenguaje opaco. Pero era un paso nunca visto hasta ahora. La semana había sido un anticipo de esto con la celebración de una conferencia internacional en San Sebastián el lunes. 

Desde que saltó la noticia no he oído hablar de otra cosa. Y he asistido a muchos debates de en qué punto de la historia estamos. También he leído a muchos columnistas que analizaban lo ocurrido. La paz está cerca, sí, pero todo el mundo se pregunta cuál será el precio de conseguirla. Duelen muchas cosas. El proceso será largo y complicado.

De hecho hay gente, como tú y como yo que mira todo esto con cierto escepticismo. Y los hay que reconocen abiertamente que son muy pesimistas con respecto a lo que vaya a ocurrir. Desconfían. Yo les comprendo y, en cierto modo, tampoco me acabo de creer lo que veo. Pero tengo esperanza. Porque no quiero ver más gente con dos sombras. Y esto tampoco me convierte en una crédula. La experiencia me ha demostrado que la historia ya se truncó un par de veces más. Sin embargo, prefiero pensar que hoy estamos más cerca de la normalidad que el miércoles.

Lili bat, Mikel Laboa
Lili bat
hartu
eta hostoz hosto
erantzi
eta harek zu ere
amets
eta harek zu ere
erantzi
eta hostoz hosto
hartu
lili bat.
Coge
una flor
y desnúdala
pétalo a pétalo
y ella también a ti,
sueño,
y ella también a ti
te desnuda
pétalo a pétalo
coge
una flor 

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