01 febrero 2012

Cantábrico-Mediterráneo

Enero es un mes extraño. El comienzo del año natural y la constatación de que envejecemos. Hace frío. La luz es tímida. Las noches largas... Y los recibos más caros. Este año más. La crisis se ciñe sobre nosotros como una espada de Damocles y hasta el que cree seguro su puesto de trabajo tiembla.

Para mí, además, es un mes de vacaciones. Aprovecho para disfrutar esos días que me quedan del año anterior. Y viajo. A donde sea y lo que pueda. No pido paraísos soleados ni ciudades chic. Este año fui en busca del Mediterráneo via Huesca y lo encontré. En todo su esplendor y su invierno. Sin gente, ni atascos, ni calor...  Pero también hallé esa decadencia de ciudad pequeña que tanto me gusta.

Y he vuelto levitando, ligera de equipaje, con un montón de fotos y una mansa lista de reproducción.

La música de un viaje a la Costa Brava

Un comedor con vistas
Aiguablava

Gato de mar
Gato de mar

Esperando al buen tiempo
Barcas en Port Bo (Calella de Palafrugell)

Mañana en Port Bo
Port Bo (Calella de Palafrugell)

Cenefa de cerámica
Cenefa azul y blanca

Lluvia verde
Lluvia verde

¿Queda claro?
¿Queda claro?

Vista de Peratallada
El medievo gerundense

Barca al sol
Barca al sol en Cadaqués

Atardece en Cadaqués
Atardece en Cadaqués

Del mismo color que el cielo
Del color del cielo

Bella decadencia
Bella decadencia en Barbastro

Bar Victoria de Barbastro
Cartel con solera

Callejón
Callejón con salida

Hostal Pirineos
De este mundo

Detalle de la puerta de acceso al recinto de Loarre
Volvemos al medievo, esta vez oscense

Vista del castillo de Loarre
Castillo de Loarre

Torre vigía del castillo de Loarre
La Hoya de Huesca desde la torre vigía

Ventana de la iglesia principal del castillo de Loarre
Ventana de la iglesia de San Pedro, en el castillo

No hay comentarios:

Post nuevo Post antiguo Inicio