Hace tiempo que no me paso por aquí con tiempo. Hay muchas razones para ello. Por ejemplo, que he descubierto en la cocina ese paraguas que coger cuando llueve o esa sombrilla para el sol. Que necesito sudar y cansarme cada día para saber que puedo superarme, y me da igual que sea indoor o outdoor. Que a menudo miro las cosas a través de unas lentes que no siempre son mis gafas...
También hay otras causas, porque la vida no es un tablero con solo casillas blancas, pero no voy a nombrarlas. Hablar de ellas es regocijarme en unos sentimientos que no permiten avanzar, y esto es un camino. Pero sí, han pasado y pasan cosas que le hacen a uno torcer el gesto y preguntarse por qué. Sí, el 7 de mayo de hace cuatro años fue un punto de inflexión y cuanto más pasa más cuenta me doy. Lo que ocurre también es que lo que no te mata te hace fuerte, y eso es una verdad como un templo.
A veces echo de menos volver más a menudo por aquí. Pero o no encuentro el momento de ponerme ante el teclado, o me quedo muda cuando empiezo, o cuando he terminado ya no le encuentro sentido a cómo arranqué. ¡Tengo 22 entradas en borrador, que se dice pronto! Y lo que pasa alrededor no para de darme motivos para agregar alguna más (#crisisWTF). Aun así, sé que de un modo u otro terminaré regresando. Porque este camino está hecho de etapas y ésta del silencio es solo una que puede durar más o menos.
Mientras tanto, aquí están el reto de una foto al día (#FMSphotoaday), alguna que otra pataleta, las crónicas de los viajes, la nostalgia, la música... y las referencia a aquello que leo y que me gusta o no. Y si tienen hambre, las recetas. Bon apètit. Nos vemos en la próxima estación (antes de los recortes de Renfe).
No hay comentarios:
Publicar un comentario