¿Veis algo diferente? Quizá al primer vistazo no. Y quizá, ni siquiera os acordéis de cómo era esta ventanita, teniendo en cuenta mi peculiar ritmo de publicación. Así que ya os lo cuento yo. Me he pasado todo el fin de semana enredando para darle al blog algunos toques personales. El diseño de Blogger está bien para empezar, pero luego hay cosas bastante mejorables, o al menos, 'customizables'.
Hacía tiempo que quería poner un poco de orden a este espacio que ya es caótico de por sí. Sin embargo, nunca sabía por dónde empezar. Sé un poco de html y me las apaño con el Photoshop, pero hace falta más que eso. Y yo no encontraba ningún sitio que me lo ofreciera. Llegué a plantearme contratar un rediseño del blog, pero tampoco me convencía. Quería que fuera algo personal.
Hay sitios por ahí dónde la gente comparte sus trucos y tutoriales. Algunos merecen la pena y otros son más farragosos que útiles. Sin embargo, el viernes llegué por casualidad a Miss Lavanda, la solución a todos (o casi) males estéticos en esta ventanita. Empecé creando una página de error personalizada...
Y he acabado haciendo hasta mi propio botón de 'leer más' para 'la cocina...'. Bueno, acabado no, porque todavía tengo cosillas pendientes de las que me iré ocupando poco a poco.
Miss Lavanda es Laura, y lleva menos de un año dedicando tiempo y conocimiento a ilustrarnos al resto de los mortales en cosas relacionadas con los blogs y la fotografía (aunque, en realidad, va mucho más allá de todo eso, tenéis que visitarla). Lo hace de forma sencilla y sin arrogancia. Además, tiene un gran gusto estético, lo que hace muy agradable leer los post. También está ahí, al otro lado, por si tienes dudas... Generosa y encantadora.
Yo ya la tengo fichada, ¿a qué esperas?
28 enero 2015
26 enero 2015
Suma perfecta

Esta foto forma parte del álbum de mis últimas vacaciones, a primeros de diciembre. Estuve en Lanzarote, mi paraíso. Es la tercera vez que voy allí, así que puedo decirlo sin miedo a equivocarme. Es mi descanso del guerrero. Y eso que no voy precisamente a eso, sino en busca del sol y las buenas temperaturas para poder correr y andar en bici sin ir forrada de ropa. Este año, también iba a nadar... o algo parecido.
Como es un lugar que ya conozco, no voy con la presión de visitar esos lugares imprescindibles, ni de fotografiarlo todo. Esta vez, de hecho, usé la cámara muy poquito... Para ser yo, quiero decir, que soy fotógrafa impulsiva y compulsiva. En uno de esos paseos, paramos en El Golfo, el pueblo del archiconocido Lago de los Clicos, donde los camareros se juegan la vida para servir las mil y un terrazas que han instalado los bares y restaurantes al otro lado de la carretera. Tienen que cruzarla sorteando el tráfico y a los peatones, que son muchos, sobre todo a mediodía.
La LZ-703 muere al final del municipio. Allí hay un pequeño aparcamiento donde también puedes dar la vuelta. Al otro lado, está la playa, negra. Y el mar, hipnótico. Hice esta foto justo allí. Alguien había bajado al arenal y había lanzado un avión de papel en el que antes había escrito dos nombres. Alfred y Theresia. En una esquina también se lee la web de una cadena de hoteles de lujo alemana.
Me puedo imaginar a Alfred y Theresia en Lanzarote, sonrientes, algo achispados por la cerveza, desafiando el frío de su ciudad de origen en tirantes y, seguramente, oliendo a un protector solar que no se aplican todo lo que deberían, a juzgar por su piel escarlata en escote, cuello y hombros. Me pregunto que harán ahora, en estos momentos, Alfred y Theresa. Y si se acordarán de este avión de papel que lanzaron con la suma perfecta de sus nombres.