11 noviembre 2006

Postales desde el extranjero

Miró por la ventana y bajo el ala solo vio nubes de algodón. Ni rastro del mar. Los cúmulos relucían por un sol impertinente que casi la cegaban. Escapaba de una ciudad sin costa. Una azafata se le acercó para ofrecerle algo de beber. Facturó sus conchas. Se acurrucó en el asiento y se echó el abrigo sobre los hombros. No le quedaba tiempo. Le pesaban algo los párpados, pero se resistía al sueño. ¿Y si había un claro? Nunca entendió por qué noviembre la ponía triste.

"Si yo pudiera darte la creencia y los años,
la visión renovada esta tarde de otoño
deslumbrada y segura sin recuerdo cobarde,
vileza macilenta, sin soledad ni ayuda...."
Claudio Rodríguez

6 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Porqué las ventanillas de los aviones son tan pequeñas?

mc clellan dijo...

Para que veas el mundo chiquito y no sientas vértigo al darte cuenta de la inmensidad el mar... O para que no te den ganas de lanzarte al vacío cuando te acuerdes de lo que te olvidaste... O para que sigamos pensando la suerte que tienen los pájaros... O para que suba el índice de matriculados en Aeronáutica, que la facultad anda un poco despoblada

Gato negro dijo...

Es curioso como la visión y el sentimiento se intercambia en las estaciones. El frío me trajo sonrisas, ganas de regalar letras y paseos largos.

GATO NEGRO

Gonzalo dijo...

¿Para poder abalanzarte sobre la vecina a la que siempre le toca ventana?

hack de man dijo...

Que se ponga a hablar con el de al lado (o la de al lado), y se vayan a hacer una visita al lavabo, rollo emmanuelle. Igual se le iban un poco las tristezas de noviembre... ;-)

Burma dijo...

pero es una tristeza que abriga

pd: viaja siempre con una concha en el bolsillo.. cerca de la piel.

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