“Corre”, dijo la tortuga; “Atrévete”, dijo el cobarde; “Estoy de vuelta”, dijo un tipo que nunca fue a ninguna parte; “Sálvame”, dijo el verdugo; “Sé que has sido tú”, dijo el culpable. “No me grites”, dijo el sordo; “Hoy es jueves”, dijo el martes. Y tú no te perfumes con palabras para consolarme. Déjame solo conmigo, con el íntimo enemigo que malvive de pensión en mi corazón; el receloso, el fugitivo, el más oscuro de los dos, el pariente pobre de la duda. El que nunca se desnuda si no me desnudo yo, el caprichoso, el orgulloso, el otro, el cómplice traidor. A ti te estoy hablando, a ti, que nunca sigues mis consejos. A ti te estoy gritando, a ti, que estás metido en mi pellejo. A ti, que estás llorando ahí, al otro lado del espejo. A ti, que no te debo más que el empujón que anoche me llevó a escribir esta canción. “No mientas”, dijo el mentiroso; “Buena suerte”, dijo el gafe; “Ocúpate del alma”, dijo el gordo vendedor de carne. “Pruébame”, dijo el veneno, "ámame como odian los amantes". “Drogas no”, dijo el camello, “¿Cuánto vales?”, dijo el gángster. A punto de rendirme estaba, a un paso de quemar las naves; cuando al borde del camino por dos veces el destino me hizo un guiño en forma de labios de mujer. ¿Nos invitas a una copa? Yo te secaré el sudor. Yo te abrazaré bajo la ropa. ¿Y quién va a dormir conmigo? "Ni lo sueñes", contestó una indignada; y otra, encantada, no dijo nada y sonrió. A ti te estoy hablando, a ti, que nunca sigues mis consejos. A ti te estoy gritando, a ti, que estás metido en mi pellejo. A ti, que estás llorando ahí, al otro lado del espejo. A ti, que no te debo más que el empujón que anoche me llevó a escribir esta canción.
Vaya, chardonnay, una de Sabina. He de confesarte que me ha costado caer en ella. Sólo recordaba que Julieta Venegas la había cantado... Es más, no había hecho caso de la letra. Me gusta... a ratos.
7 comentarios:
los caracoles son unos animales muy babosos, y van demasiado lentos para todo en la vida.
Visto así, y dicho así, suena un poco desagradable, ¿no?
“Corre”, dijo la tortuga;
“Atrévete”, dijo el cobarde;
“Estoy de vuelta”, dijo un tipo
que nunca fue a ninguna parte;
“Sálvame”, dijo el verdugo;
“Sé que has sido tú”, dijo el culpable.
“No me grites”, dijo el sordo;
“Hoy es jueves”, dijo el martes.
Y tú no te perfumes
con palabras para consolarme.
Déjame solo conmigo,
con el íntimo enemigo
que malvive de pensión
en mi corazón;
el receloso, el fugitivo,
el más oscuro de los dos,
el pariente pobre de la duda.
El que nunca se desnuda
si no me desnudo yo,
el caprichoso,
el orgulloso,
el otro, el cómplice traidor.
A ti te estoy hablando, a ti,
que nunca sigues mis consejos.
A ti te estoy gritando, a ti,
que estás metido en mi pellejo.
A ti, que estás llorando ahí,
al otro lado del espejo.
A ti, que no te debo
más que el empujón que anoche
me llevó a escribir esta canción.
“No mientas”, dijo el mentiroso;
“Buena suerte”, dijo el gafe;
“Ocúpate del alma”, dijo
el gordo vendedor de carne.
“Pruébame”, dijo el veneno,
"ámame como odian los amantes".
“Drogas no”, dijo el camello,
“¿Cuánto vales?”, dijo el gángster.
A punto de rendirme estaba,
a un paso de quemar las naves;
cuando al borde del camino
por dos veces el destino
me hizo un guiño en forma de
labios de mujer.
¿Nos invitas a una copa?
Yo te secaré el sudor.
Yo te abrazaré bajo la ropa.
¿Y quién va a dormir conmigo?
"Ni lo sueñes", contestó
una indignada;
y otra, encantada,
no dijo nada y sonrió.
A ti te estoy hablando, a ti,
que nunca sigues mis consejos.
A ti te estoy gritando, a ti,
que estás metido en mi pellejo.
A ti, que estás llorando ahí,
al otro lado del espejo.
A ti, que no te debo
más que el empujón que anoche
me llevó a escribir esta canción.
hay muchas cosas desagradables en la vida que nos callamos y no pasa nada!. ¿Por qué callarselas?
Vaya, chardonnay, una de Sabina. He de confesarte que me ha costado caer en ella. Sólo recordaba que Julieta Venegas la había cantado... Es más, no había hecho caso de la letra. Me gusta... a ratos.
Anonimo: no es malo decir lo desagradable. Pero a veces, hiere de forma gratuita. Creo que hay que decirlas, pero con cuidado, con tacto.
Creo que cuando intentamos decir algo a alguien teniendo tacto, al final no decimos todo lo que pensamos.
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