Cada vez que la escucho siento escalofríos. Y esta nueva versión me tiene absolutamente subyugada. Amigos, que la música me domine me parece la esclavitud más placentera. Y que vivan los "artistas de mierda". Algún día les contaré de esta perversión con la que duermo desde los tiernos 16.
1 comentario:
:) Es una de mis 'powersongs' para el kilómetro trece.
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