06 agosto 2009

On the road

220 kilómetros. Esta es la tarjeta de presentación de la primera etapa de mis vacaciones. El propósito de este año era hacer una transpirenaica, y en ello estamos. Esta mañana salimos de Bilbao y a estas horas, reposo la cena en Arizkun, un pueblecito muy coqueto del valle del Baztán. Entre tanto han pasado curvas, muchas curvas, subidas, bajadas, baches, coches, fronteras y bosque, también mucho bosque.


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Confieso que no he madrugado. Los viajes en Antígona, una BMW F800 S, no tienen el componente maratoniano que tenían los de Estela, una YBR 125. Así que me he permitido el lujo de salir de casa a las 11:30 horas. ¿Rumbo? Las Vizcaya y Guipúzcoa profundas. La ruta para llegar a Arizkun no ha sido por la costa, el camino hasta Hondarribia es precioso, pero lo hice este invierno.

Sin embargo, el camino que sigue la N 634 hasta Elgoibar es muy entretenido. Pueblos atravesados por una carretera que miran hacia ella y comparten los huertos y los portales con los vehículos. A partir de ese puntto, la GI 2634 lleva hasta Tolosa, la capital histórica de Guipúzcoa mostrando las entrañas de la provincia, hechas de caseríos y empresas relacionadas, sobre todo, con el metal.

Esta carretera te lleva, además, a la basílica de Loyola, donde cada 31 de julio se hace una misa por el fundador de la Compañía de Jesús y patrono de Vizcaya y Guipúzcoa: San Ignacio. La sociedad vasca, aunque a priori no lo parezca, tiene cierta devoción religiosa que se ve hasta en el mundo de la política. A la Eucaristía en Loyola suele ir el lehendakari, además de otros representantes institucionales.

A partir de Azpeitia, la GI 2634 se hace más pequeña. Son sólo 12 kilómetros. Pasa por Errezil. Y sube hasta los puertos de Iturburu y Bidania. El trayecto es impresionante. Parece un valle perdido. De esto, hablaré a la vuelta, porque tiene un post... Y además ilustrado.

(Entrada al pueblo de Errezil./ Olympus Micra)

Una vez en Tolosa, hay que poner rumbo a Leiza por la GI 2130. Nosotros comimos en este pueblo ya navarro. Justo en la carretera, frente al parque de bomberos está el Restaurante Sagardi, un lugar sin pretensiones donde dan comida casera a muy buen precio. Hay menú del día por diez euros y es generoso. A mí me encantaron las espinacas, pero me consta que la ensaladilla es de sobresaliente. Por cierto, que nos encontramos con un grupo de moteros catalanes...

A partir de ahí, nuestra intención era llegar a Sare, Francia, pero por Bera del Bidasoa (N 121 A). Sin embargo, nuestra habilidad para encontrar obras nos hizo desviarnos en Etxalar... Todo un descubrimiento. Y seguir por la NA 44OO. Para luego coger la D4 en Francia. Justo en la frontera está el Puerto de Lizarietta, un buen lugar para tomarse un café mientras ojeas cómo los pasos fronterizos se hacen historia.

(Una calle de Etxalar./ Olympus Micra)

De ahí, pusimos rumbo al Baztán y a la casa rural donde nos quedamos. Zilbetinea, en Arizkun. Una edificación de 1904 que asemeja a las casas de los indianos y que está en la plaza del pueblo. Las vistas son una pasada y por dentro es como una caja de sorpresas. La verdad es que el lugar es de postal, y a quien le guste la arquitectura tradicional se lo puede pasar en grande. Además, no necesitas moverte del pueblo para cenar o tomar algo. Modesto, eso sí. Las estrellas Michelín, para otro viaje.

(Casa rural Zilbetinea, en Arizkun./ Olympus Micra)

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