Ya es primavera. Y no precisamente porque lo diga El Corte Inglés, que por cierto, este año ha dado en el clavo con la música de su anuncio (y su curioso making off). Es primavera porque hace sol... Al menos en el norte.
Por fin don Lorenzo, que se ha dejado ver más bien poco estos meses atrás, nos enseña sus modelitos después de la famosa 'tormenta perfecta' (que no lo fue tanto). Así que me tiro todo el día con la cancioncita de marras, obra Renato Carosone (no Carotone, ése es Tonino, hombre), en la boca. Ayer hasta mi jefe la cantaba.
Y no soy la única a la que ya le está afectando el cambio de estación. Al salir de trabajar y ya camino de casa me encontré a un señor taxista (señor por decir algo, porque era más bien jovenzuelo) en una parada con la puerta abierta y la música a tope... Y no precisamente sonaba El Fary. Resulta que el chaval andaba luciendo 'txunta-txunta' con dos colegas en plena calle... Y eso cuando ya era de noche...
Pero es que hacía tan bueno que, claro, el cuerpo pide ¿fiesta? O al menos, calle. Yo ya solo pienso en pasar estos ocho días seguidos de curro que me quedan para pillar mis vacaciones 'penitenciales', por eso de que son por Semana Santa, no vayan ustedes a pensar mal, hombre...
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